COLOMBIA POR LA ONDA CULTURAL. UN CUENTO CÍVICO Y REFLEXIVO.

COLOMBIA POR LA ONDA CULTURAL. UN CUENTO CÍVICO Y REFLEXIVO.

Colombia, aquella que hoy quiere apostarle a una “economía naranja” como motor, debe cimentar sus valores, principios éticos y morales en todas las esferas institucionales que bajo una línea de respeto, nos conduzca a soñar con una nación grande, próspera y que en unas cuantas décadas, ojalá no muy lejanas, pueda sobrepasar un complejo y convulsionado escenario de injusticia, desigualdad y odio, hoy promovido por algunas figuras públicas que llevan a replantear si la introducción del presente artículo, hace parte de la dimensión utópica, eso que anhelamos dentro de un marco de dificultades y diferencias donde “la cultura no es puro cuento”.

La cultura como eje reflexivo, conlleva a la mediación de acciones, propósitos y despliegue de actividades por parte de comunidades que se respetan, aman, construyen, reconocen, se proponen y materializan actividades que forjan espacios de historia viva dentro de los territorios en donde abunda la riqueza de lo diverso, el reconocimiento de talentos por parte de individuos, una catarsis para la promoción de sana convivencia, pero entonces, ¿qué es cultura?

CULTURA

Podemos comenzar abordando definiciones y conceptos simples teniendo una perspectiva e idea básica sobre la esencia del tema para luego llegar a un escenario más complejo: Cultura: 1. Significa ‘cultivo, crianza’. 2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. RAE1

Dentro de las diferentes vertientes y proposiciones que buscan conceptuar sobre la cultura, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) hace un gran aporte abordando de manera holística la dimensión de lo humano promulgando lo siguiente: “la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales, afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones, las creencias. La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo.

Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de la cultura discernimos los valores y efectuamos opciones.  También, el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones y, crea obras que lo trascienden”2.

Como podemos apreciarlo, hoy acogemos dos definiciones entre decenas, pero haciendo un paralelo entre los aportes de la RAE y, otra más amplia presentada por la (UNESCO), lo ideal es situarnos reconociendo la diferencia de lo esencialmente humano, pero a su vez, cuestionémonos ¿Qué hacen los gobiernos del mundo para preservar la riqueza de una diversidad humana basada en procesos de desarrollo?…

Fotografía: Parque Arqueológico de San Agustín Huila Colombia3

…Luego de pensarlo, tomémonos un momento para poner sobre la mesa preguntas cómo: ¿hasta dónde hemos avanzando en la preservación cultural e inmaterial de etnias indígenas, afrocolombianos, las características propias de un pueblo pluralista norte a sur, oriente – occidente… la importancia del costumbrismo, el mito, la leyenda, el cuento, la tradición oral, los ritmos musicales, la lúdica y otros tantos buenos legados de lo humano?… esperamos que estrategias encaminadas a la preservación de la cultura, no sea solo “letra muerta”.

A manera de sensibilización, un preocupante, explícito y puntual ejemplo, es decir que en la Amazonía el 68% de áreas protegidas se encuentran en riesgo4, según estudios de la Red Amazónica de Información Socioambiental (RAIS), esto se debe, lamentablemente a nuevas obras de infraestructura de transporte, hidroeléctricas, minería, extracción de petróleo, quemas, desforestación, ganadería extensiva y otras que han conllevado a que diferentes grupos aborígenes se encuentren al borde de la extinción.  

Hoy, estamos llamados a la reflexión, al entendimiento en donde el ser humano que aparece en constante transformación, “evolución”, es un sujeto inacabado que se viene moldeando cómo actor de un costumbrismo que debe ser preservado.

Si bien, los gobiernos proponen una agenda de trabajo por la cultura sobre las potencialidades del pueblo integrando conceptos de “Economía Naranja”, cómo un referente de acción dentro del espectro, este es solo un eslabón, una pequeña parte de un concepto amplio si de territorio e identidad hablamos. El término que hace énfasis a la economía o industria creativa, fue acuñado por el académico Británico John Howkins5 en el año 2001, cómo una oportunidad brillante para hacer entender cómo las personas pueden generar riqueza a través de la propiedad intelectual cuándo las ideas, se transforman en bienes y servicios.

En lo particular, se vuelve más interesante pensar que un dirigente con un alto grado de sensibilidad de lo humano, prioriza acciones de gobierno y política pública teniendo presente la identidad cultural de su pueblo, siendo esto un pilar de una agenda incluyente encaminada a la protección y salvaguarda de los recursos naturales; ello, debería ser admirado ante la precaria estadística y falta de compromiso sobre el cuidado del medio que habitamos por parte de muchos gobiernos en sus diferentes referentes y líneas culturales cómo fuente de un todo.   

INTERROGANTES CULTURALES

Son muchos los momentos donde cuestionamos los diferentes escenarios de inequidad y violencia del Estado Colombiano, un ejemplo de ello que ronda la agenda del año 2019, son temas tan espinosos cómo la Justicia Especial Para la Paz (JEP), el Fracking (fracturación hidráulica de roca para la explotación de gas y crudo), minería a gran escala, asesinado de líderes sociales, falsos positivos, pobreza, desigualdad, corrupción, injusticias y otras cuántas que hacen del país un convulsionado escenario, aunado a ello, debemos sumar la indolencia y el desentendimiento cultural en la solución de nuestras falencias cuándo se tienen baches en la educación.

Pues sí, parece que nuestra cultura nos ha adormecido, pareciere que los genes vinieran cargados de indiferencia, desentendimiento cuándo no se haya origen en la apropiación del territorio por falta de una educación cimentada en valores, principios éticos y morales, aquellos que hoy se olvidan mencionar en algunos escenarios académicos por estar más ocupados en teorías del conocimiento con “una pizca de desarraigo humano”. Planteado lo anterior, vamos a proponer diferentes preguntas dentro de una línea cultural:

¿Somos ciudadanos respetuosos de la diversidad humana? la respuesta sería, tal vez no, o, al menos no todos si tenemos presente la transición del mundo desde lo antiguo hasta lo contemporáneo. Hoy, en pleno siglo XXI, la historia con sus avances y transformaciones, parece abordar un eje cíclico en donde los conflictos se enmarcan dentro de aspectos geopolíticos, somos intolerantes, pensamientos y argumentos que disienten posiciones muchas veces son tomados cómo ataques personales siendo ello un error cuándo deberíamos estar abiertos a la aceptación de una diferencia entretejiendo puentes de paz y reconciliación.

Somos seres muchas veces irracionales dónde “cortinas de humo” bajo el supuesto desarrollo, hablan de aperturas económicas e intervención de gigantescas multinacionales que arremeten y atropellan lo autóctono, atentan contra una cultura milenaria que en ocasiones se desvanece por ser un supuesto obstáculo en el mundo de la industria. No debemos oponernos al desarrollo, al crecimiento, al comercio, a la mejora de bienes y servicios, pero este tiene que ser responsable con nuestro medio ambiente, nuestro planeta, nuestro territorio y aquellos que habitan espacios incluso antes que nosotros llegáramos.

¿Debemos preservar el legado de las diferentes culturas? El no hacerlo, equivale a eliminar todo vestigio o recuerdo de nuestro auto-reconocimiento. Ya lo dijo basado en fundamentos filosóficos (Badiou, A.)6 “En la ciencia, el arte, la política y el amor, están los grandes procesos de producción de la verdad”. El legado cultural es una riqueza muchas veces impalpable, pero ese mismo que nos conduce a tomar mejores decisiones teniendo presente las consignas de nuestros ancestros sin cometer errores del pasado, ojalá, preservemos la riqueza de un mundo que hoy yace inadvertido para muchos por los continuos cambios tecnológicos.

En el caso del Amazonas, recordemos que es la selva tropical más grande del planeta tierra con aproximadamente 7.000.000 Km2 (siete millones de kilómetros cuadrados), pulmón del mundo, esta ocupa el 40% del territorio sudamericano, siendo el hogar ancestral de aproximadamente 1.000.000 (un millón) de indios distribuidos en 400 tribus indígenas7, cada una con un territorio, tradiciones culturales y muchas aún no contactadas. La selva y todo lo que la conforma, hoy enfrenta grandes amenazas6 si no actuamos correctamente antes que sea demasiado tarde según el Fondo Mundial para la Naturaleza y/o vida silvestre (World Wildlife Fund – WWF) y otras fuentes.  

¿Por qué es importante reconocer la riqueza cultural del mundo entero? No olvidemos lo que somos, (identidad), en parte lo debemos al otro (La otredad) y, el desarrollo se da al intercambiar saberes (algunos milenarios), pero también, ser felices permitiendo el libre desarrollo de grupos poblacionales que consideramos diferentes, pero entonces tengamos presente que nosotros también podemos llegar a ser muy diferentes dependiendo la ubicación geográfica desde donde seas observado.   

Conceptos como La Otredad (Uzín)8, plantea dos paradojas… “La primera radica en el hecho de que cada uno de nosotros está habitado por los otros, lo que nos hace alguien «en sí mismo» y alguien «en otro» al mismo tiempo. La segunda se fundamenta en el hecho de que siempre se es para los demás «un otro» y los demás son para nosotros, eso, «los otros»… bajo esta línea es ineludible reconocer que en realidad somos resultado de lo interno y externo que trasciende a lo largo de nuestras vidas.

Dicho esto, nuevamente hacemos referencia al pluralismo y la diversidad del mundo que debe ser preservada. Tristemente la barbarie, la guerra y el odio han acabado con parte del patrimonio cultural en la tierra, siendo la UNESCO, la llamada a la promulgación de campañas en contra de esta inconcebible barbaridad.

¿Somos resultado de procesos culturales en una línea de espacio tiempo a lo largo de la historia? Sí, solo basta con pensar cuantas cosas se hacen de manera diferente a cómo se hacían antes. Cómo nos comunicamos, nos transportamos, nos educamos, nos alimentamos, la “libertad de expresión” y de pensamiento que influye en el arte, la ciencia, la política, lo religioso. Todo esto, ha sido un proceso de “evolución”, reconstrucción y reinvención.

Colombia, un país multicultural que debe darle valor a la biodiversidad de su territorio y cómo en un principio, fijar su entramado de rasgos distintivos, materiales, intelectuales, afectivos, espirituales y normas de vida en armonía con la naturaleza, la equidad, el amor por el territorio, apersonamiento por su historia en pro de la construcción de un mejor país para todos desde una línea cultural de preservación, armonía, respeto y familia cómo institución viva, cuna de valores y sueños para pensar que este escrito con tildes fantasiosos, puede cimentar una cultura para creer que todo es posible…

Para concluir apreciado lector, quiero destacar mi reflexión final diciendo que todos podemos aportar a la línea cultural desde pequeñas acciones: “en la simplicidad de la vida, se halla el secreto de la felicidad. Sueña, cree, ejecuta con disciplina y el éxito llegará”.  

Por: Carlos Arturo Castañeda García

Para la Edición No. 479 Revista Civismo – Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales

Bibliografía:

  1. Real Academia de la Lengua Española (RAE)
  2. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
  3. Parque Arqueológico de San Agustín Huila Colombia – Fotografía: Imágenes de Google
  4. Red Amazónica de Información Socioambiental (RAIS)
  5. The Creative Economy: How People Make Money from Ideas, Penguin Global (1 June 2002) ISBN 978-0-14-028794-3
  6. Alain Badiou. Filósofodramaturgo y novelista francés.
  7. Dia Mundial do Meio Ambiente: 68% das áreas de proteção e indígenas da Amazônia estão ameaçadas, diz estudo/ Amazoníasocioambiental.org
  8. Una política de la diferencia desde la experiencia en la multiplicidad – Angelina Uzín Olleros